viernes, 19 de mayo de 2017

Hay que correr la Maratón en menos de 2 horas

En el post anterior lanzaba una pincelada que ahora me gustaría completar. Pido perdón por adelantado porque tendré que extenderme.


El atletismo -al igual que cualquier actividad humana- tiene una serie de fronteras que los más intrépidos ven como desafíos a superar. Uno de ellos, es correr la maratón en menos de 2 horas. Este reto está sirviendo de estímulo para que algunos de los principales fabricantes de material deportivo saquen pecho.

Hace unos días hemos podido informarnos de que Nike preparaba su primer asalto a este desafío. Así que tres corredores de élite, en el circuito automovilístico de Monza que se preparó especialmente para el evento, con un coche guía equipado con láser, seis liebres, hidratación a la carta... ¡Ah! No "me se" olvide, y con las estratosféricas zapatillas del fabricante... intentaban superar la marca. Y yo me pregunto... ¿qué demonios tiene todo esto que ver con el atletismo?

Porque si lo único importante es bajar de las 2 horas -no entiendo porque no de las 2 horas 3 segundos y 456 milésimas, que es un número bien bonito- yo planteo dos opciones:

1- Colocar un vehículo tras el pseudoatleta que le impulse el aire necesario mediante un ventilador adecuado para favorecer su carrera. Si se va llegando al final, y peligra el récord, se podría aumentar la velocidad del ventilador.
2- Reducir la distancia. Porque en realidad, los archifamosos 42 Km y 195 mts no son los que corrió el mítico Filípides, sino que son fruto de un capricho de la reina de Inglaterra, un poquito señorona ella.

Quien ha llegado hasta aquí, a buen seguro que pensará que soy medio bobo, por no decir bobo entero. Pero solo pido unas líneas más para explicarme.

En mi opinión, el más grande maratoniano de todos los tiempos ha sido Abebe Bikila. En 1960 era un absoluto desconocido, y bajo el arco del triunfo de Adriano se coronó campeón olímpico. Antes, había superado el obelisco de Axum, robado a su país por los delirios imperiales del Duce. Fue el primer negro africano en colgarse una medalla de oro olímpico al cuello. Y si alguien duda de su calidad, que vea parte de su carrera en los Juegos de Tokio ver vídeo. Por cierto, mes y medio antes había sido operado de apendicitis. Allí volvió a batir la plusmarca mundial: 2 h 12 m 11 s... ¡Una porquería para mis amigos vende-zapatillas de la última frontera!


Me gusta pensar que Bikila no se hubiese sumado a esta patochada de las dos horas. Quiero creer que está más cerca del guerrero que hace 2.500 años corrió para evitar la inmolación de los atenienses, o para pedir los refuerzos espartanos... ¿quién lo sabe hoy con certeza el verdadero motivo de la primera maratón?

¿De verdad queremos superar retos? Pero retos de verdad, no nos andemos con medianías.

Yo propongo uno. Impulsemos carreras de fondo donde las mujeres no se vean difuminadas por los hombres. Muchas veces, cuando llegan a meta, casi nadie se entera de su triunfo. Kathrine Switzer, la primera maratoniana con dorsal, defiende esta idea que yo considero merecedora de apoyo. Añado una foto de su primera maratón en Boston. En este caso no la difuminaban, simplemente la quisieron echar, aunque es digno de mención que los verdaderos atletas la defendieron para que pudiese llegar a meta y completar su carrera.


Hay más retos, pero no quisiera abusar de la paciencia del desocupado lector. Sólo una reflexión final: el atletismo de las marcas está abocado al fracaso a largo plazo y al fraude en el día a día.

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