sábado, 21 de febrero de 2015

¿Por qué hay locos que corren?


Va para diez años que soy asiduo espectador de carreras de atletismo. A unos cuarenta días al año, y quince carreras por jornada de media, me salen 6.000 carreras en total; suma y sigue. De las fotos que he compartido en Internet... ni hago la cuenta, pero superarán las 150.000 holgadamente. Y sigo sin tener la respuesta ¿Por qué hay locos que corren?

Ya no tenemos que huir de fieras así que nuestra velocidad con las piernas no es un factor vital para nuestra supervivencia. Hemos inventado infinidad de artilugios ultrarrápidos y fiables. Incluso hemos sido capaces de salir de nuestro pequeño cascarón azul ¿Para qué correr entonces? Infinidad de veces he oído que correr es de cobardes. Pero yo creo que quienes se calzan unas zapatillas y corren, no huyen, sino todo lo contrario, buscan algo.

Con los veteranos con los que he hablado sobre este tema, me hablan de una íntima satisfacción, del sabor agridulce que se combina por el esfuerzo y la superación. Esas conversaciones solían terminar con una invitación para que me sumase a su locura del correr por correr ¿Te pido yo que hagas fotos? Era mi respuesta en esos casos.

Y mi duda sigue. No sé por qué mi hija mayor correrá el próximo fin de semana en Cáceres, cuando no está ni de lejos para competir. Ni por qué la menor volverá a asaltar la mínima del 400 en el mismo fin de semana - ¿cómo podré estar en dos sitios a la vez? - Ignoro por qué alguien que ha superado la cincuentena sigue en la brecha a sabiendas de que cada año sus marcas empeorarán. Me intriga que algunos críos desafíen el frío burgalés dando vueltas a un circuito cuando podrían estar plácidamente descansando en sus camitas calentitas. Ignoro la razón que le impulsa a una joven brillante a dedicarse a un deporte tan esclavo como el atletismo. En este caso concreto, me refiero a Celia Antón, esa sorpresa para algunos, pero que otros llevando años disfrutando y sabiendo que le espera un futuro prometedor... más aún fuera del atletismo ¡Ojo!

¿Y por qué corren entonces estos locos? Insisto en que lo ignoro. Pero hago una confesión: cuando voy a las carreras y veo a esos pirados del atletismo sudando la camiseta, pienso que mientras ellos sigan con sus locuras, los homínidos mantenemos la esperanza de superarnos a nosotros mismos ;-) 

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