Esta es la cara que se te queda cuando has visto pasar un bronce por delante de tus narices. Acabas de entrar en meta... y aprietas el labio inferior. Nunca lo tuviste tan cerca. Pero es lo que hay.
Con el dorsal 81, desenfocada en segundo término, Miriam Pérez. Ocupó la quinta plaza. María y Miriam lucharon por esa medalla, y la perdieron. No importa, hay más carreras.
Tengo un cariño especial por Miriam porque desempeña un papel importante en la vida de mi hija María. Por ejemplo, la animó a practicar atletismo y apuntarse al Capiscol. Ahora son rivales. Y me gustaría que esa rivalidad les ayudase a ambas a superarse. Y que fuesen capaces de mantenerla limitada a las pistas.
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