Ya lo he dicho antes, hay fotos que encierran una historia. Otras, varias; ésta, por ejemplo.
El momento de la salida es uno de mis favoritos. Podríamos hacer un montón de alegorías del tipo "cuando todo está por estrenar", pero seré comedido para no resultar demasiado empalagoso. Si te fijas en los ojos de los corredores, un instante antes, descubrirás infinidad de sensaciones. Y luego, cuando suena el disparo, todo queda atrás. Pero vayamos a la fotito en cuestión ¿Cuántas horas de duro entrenamiento encierra esta imagen? Sin irnos muy lejos, varios de los atletas que acaban de cruzar la línea de salida y persiguen su propia sombra han peleado para conseguir sus ansiadas mínimas. Solo unos pocos lo consiguen, es la dureza de este deporte. Otros se están iniciando con las carreras populares que, dicho sea de paso, son una excelente puerta de entrada.
Sin embargo, todos tienen algo en común: cuando cruzan la meta limpiamente, son un poquito mejores que cuando sonó la pistola. Yo creo que por eso disfruto en las carreras. Porque en estos tiempos de zozobra en los que andamos entre mal y peor... me sirven de inspiración.
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